En Suecia, el dinero en efectivo casi ya no existe y la gente se implanta chips en sus manos para pagar

En Suecia, el dinero en efectivo casi ya no existe y la gente se implanta chips en sus manos para pagar

Un café en Estocolmo que no acepta billetes. Pocos países se inclinan hacia un futuro sin dinero en efectivo tan rápido como Suecia.

  • Más de 4.000 suecos ya han optado por implantarse microchips a medida que el uso de efectivo se desvanece y el gobierno se apresura a averiguar los efectos que esto tendrá en la sociedad y la economía.

Estocolmo, Suecia. 8 marzo, 2019. Pocos países han avanzado tan rápido como Suecia hacia una sociedad sin dinero en efectivo. El dinero en efectivo está siendo sacado de circulación tan rápidamente -la mitad de los minoristas del país pronostican que dejarán de aceptar billetes antes de 2025- que el gobierno está recalculando los costos sociales de un futuro sin dinero en efectivo.

Las autoridades financieras, que una vez aceptaron la tendencia, están solicitando a los bancos que sigan entregando billetes y monedas hasta que el gobierno pueda averiguar que significa para los consumidores jóvenes y mayores una sociedad sin dinero en efectivo. El banco central, que predice que el efectivo podría desaparecer de Suecia, está probando una moneda digital -una corona electrónica- para mantener un control firme sobre la oferta monetaria. Los legisladores están explorando el destino de los pagos en línea y las cuentas bancarias si falla la red eléctrica o si los servidores se ven frustrados por cortes de electricidad, hackers o incluso guerras.

“Cuando uno está donde nosotros estamos, sería un error sentarse con los brazos cruzados, sin hacer nada, y luego tomar nota del hecho de que el dinero en efectivo ha desaparecido”, dijo Stefan Ingves, gobernador del Banco Central de Suecia, conocido como el Riksbank. “No puedes volver atrás en el tiempo, pero tienes que encontrar una forma de lidiar con el cambio”.

Pregúntale a la mayoría de las personas en Suecia con qué frecuencia pagan en efectivo y la respuesta es “casi nunca”. Una quinta parte de los suecos, en un país de 10 millones de habitantes, ya no utiliza los cajeros automáticos. Más de 4.000 suecos ya se han implantado un microchip en su mano, lo que les permite pagar los viajes en tren y los alimentos, o entrar en oficinas sin utilizar llaves. Los restaurantes, los autobuses, los estacionamientos e incluso los baños públicos dependen de los bits y no del dinero en efectivo.

Grupos de defensa del consumidor dicen que el cambio deja en desventaja a muchos jubilados -un tercio de la población tiene 55 años o más-, así como a algunos inmigrantes y personas con discapacidades. No pueden acceder fácilmente a medios electrónicos para algunos bienes y transacciones, y dependen de los bancos y de su servicio de atención al cliente. Y el progreso hacia una sociedad sin dinero en efectivo podría poner fin al rol centenario del Estado como garante soberano. Si desaparece el efectivo, los bancos comerciales ejercerían un mayor control.

“Tenemos que hacer una pausa y pensar si esto es bueno o malo, y no sólo sentarnos y dejar que suceda”, dijo Mats Dillén, jefe de una comisión del Parlamento sueco que estudia el asunto. “Si el dinero desaparece, sería un gran cambio, con grandes implicaciones para la sociedad y la economía”.

Los consumidores urbanos de todo el mundo están pagando cada vez más con apps móviles y plástico. En China y en otros países asiáticos abundan los jóvenes usuarios de teléfonos inteligentes y los pagos por móvil son rutinarios. En Europa, aproximadamente una de cada cinco personas dice que rara vez lleva dinero. En Bélgica, Dinamarca y Noruega, el uso de tarjetas de débito y crédito ha alcanzado niveles sin precedentes.

Pero Suecia – y en particular sus jóvenes – está a la vanguardia. Los billetes y monedas representan sólo el 1% de la economía, en comparación con el 10% en Europa y el 8% en los Estados Unidos. Alrededor de uno de cada 10 consumidores pagó algo en efectivo este año, en comparación con el 40% en 2010. La mayoría de los comerciantes en Suecia todavía aceptan billetes y monedas, pero no será por mucho tiempo.

Entre los jóvenes de 18 a 24 años, las cifras son aun más sorprendentes: Hasta un 95% de sus compras se realizan con una tarjeta de débito o una aplicación para teléfonos inteligentes llamada Swish, un sistema de pago establecido por los bancos más grandes de Suecia.

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